Uno de los grandes errores que solemos cometer es pensar que una piel deshidratada es lo mismo que una piel seca, pero lo cierto es que una seca puede estar deshidratada o no, y una piel deshidratada no tiene porque ser una piel seca. Por lo que, no son la misma cosa y por tanto, no necesitan los mismos cuidados.
Diferencias entre piel seca y piel deshidratada
Por un lado, la deshidratación es una condición de la piel y por tanto, es algo temporal. Es una piel con niveles bajos de agua, y que por tanto, tiene un remedio sencillo y fácil.
Por otro lado, la piel seca es un tipo de piel, que está determinada por tu genética y otros factores, pero que se escapan de nuestro control. Una piel seca siempre será seca aunque sigamos una serie de cuidados para mantenerla sana y saludable.
La principal diferencia entre una y otra es que la piel seca carece de componentes grasos, mientras que la piel deshidratada de lo que carece es de agua.
Mientras que la piel deshidratada muestra un aspecto apagado, es menos resistente y en ella tienden a aparecer más arrugas que en una piel sana, la piel seca presenta rojeces, descamaciones y picazón… a veces es posible hasta que nos confundamos porque muchos síntomas son parecidos.
¿Sabías que hasta las pieles grasas pueden estar deshidratadas?
¿Cómo saber si mi piel es seca o está deshidratada?
Aunque puede parecer complicado diferenciarlas debido a la similitud de sus síntomas. Una buena opción cuando notes la tirantez es aplicarte crema sobre el rostro y esperar… si sientes una sensación de confort y no se vuelve a deshidratar es que estaba deshidratada. Si es algo habitual, no te aparecen casi nunca granos, o brillos en tu piel es que estamos hablando de una piel seca.
De todos modos, lo ideal es siempre acudir a un experto para que valore tu piel.
Cuidados según el tipo o condición de la piel
Es muy importante saber qué es lo que le está pasando a tu piel para poder darle los cuidados que necesita. Si a una piel deshidratada le aportas agua, le funcionará pero no atajará la falta de sebo interna que le aportan los activos nutritivos. Si, en cambio, le aplicamos aceites a la piel deshidratada, probablemente se producirá un exceso de grasa creando brillos e imperfecciones en el rostro.
La piel deshidratada necesita básicamente productos que le aporten agua y que la retengan en la piel, por lo que es importante usar activos como el ácido hialurónico que reparará la falta de agua y equilibrará la piel.
Por otro lado, la piel seca necesitará de nutrientes como la vitamina E y texturas más oleosas como la que aportan algunos aceites como el de jojoba o el de almendras o la manteca de karité. Activos altamente nutritivos y humectantes. Ten en cuenta que si tu piel es de tipo seca, siempre lo será y tendrás que tener en cuenta siempre este tipo de activos.