¿Formas parte del grupo de personas que está comprometido con un mundo mejor para el medio ambiente? Hablemos de Greenwashing.
Aunque es muy fácil afirmarlo, ponerse manos a la obra siempre es un gran reto.
Por ello, en el Día Mundial del Medio Ambiente, queremos compartir contigo una práctica que muchas empresas están empleando para tratar de limpiar su nombre, aunque en realidad no hagan nada.
Se llama Greenwashing.
¿Hablamos de ello?
¿Qué es el Greenwashing?
Por desgracia, el Greenwashing es de esos términos que no deberían existir.
Se trata de una práctica o estrategia utilizada en marketing para mostrar a la audiencia que son respetuosos con el medio ambiente cuando presentan sus productos o servicios.
Esto no sería un problema, de no ser porque se trata de un engaño absoluto.
Ya que ni los procesos son respetuosos con el entorno, ni los productos o servicios cumplen con las condiciones óptimas para ser sostenible.
¿El motivo por el que se lleva a cabo?
Tan solo se pretende ganar ventas aprovechándose de que hoy en día el consumidor es más consciente de que quiere apostar por productos sostenibles.
El problema es que en muchas ocasiones, el consumidor no sabe que existe este fraude y en lugar de ayudar con su compra, están generando el mismo daño que hacían antaño.
¿Cómo funciona el Greenwashing?
El Greenwashing tiene diferentes maneras de actuar como estrategia de marketing, así que para conocer todo lo que es capaz de hacer, vamos a repasar las diferentes maneras de llevarlo a cabo para que puedas identificarlo fácilmente:
- Marketing verde
- Atacar el subconsciente
- Innovaciones valiosas
- Cumpliendo requisitos legales
- Desvirtuar resultados
¿Las vemos una a una?
Marketing verde
Este tipo de marketing es muy conocido porque se basa en el color verde para transmitir su mensaje.
Lo utiliza para dar a entender que están comprometidos con el medio ambiente y así logran conectar con un público más responsable con el entorno.
El problema es que en muchas ocasiones se obtiene un cambio de color verde que no tiene nada que ver con la cultura o la política de la empresa.
Por ejemplo, McDonald’s cambió su mítico color rojo en España por el verde para dar a entender ese compromiso con la salud y el medio ambiente.
Atacar el subconsciente
Este estilo de estrategia es muy parecido al anterior, ya que muestran productos ecofriendly para apropiarse de esa marca que no corresponde con la realidad.
Se le hace pensar que un producto es más sostenible con cuestiones como cambiar su envoltorio, utilizar colores que hagan creer al consumidor que es otro material y un largo etcétera.
Como ejemplo de este estilo de Greenwashing tenemos la marca de leche de soja ViveSoy, que ha cambiado sus brics a un color marrón que recuerda al cartón y que hace creer al consumidor que así es más ecofriendly.
Cuando la realidad es que se trata del mismo envase que utilizaban antes pero con un nuevo color.
Innovaciones valiosas
Esta práctica es sin lugar a dudas una de las más frustrantes porque hacen creer que la empresa es sostenible a través de realizar innovaciones supuestamente valiosas para el cuidado del medio ambiente.
Y la realidad es que este cambio es tan pequeño e insignificante que apenas vale la pena.
Un ejemplo de esto es la marca de moda Mango, que era líder como una de las marcas de moda más contaminantes del planeta y para arreglarlo donan 42 toneladas de prendas para su reutilización.
Esto no es una práctica sostenible si tu práctica habitual es sacar 52 temporadas de ropa al año.
Cumpliendo requisitos legales
Por suerte, en la actualidad existen diversas normativas que obligan a las compañías a cumplir con ciertas leyes que protegen al medio ambiente.
El problema es que tan solo por cumplir estas leyes, se anuncien como ecológicas cuando solo cumplen la legislación vigente que, como puedes imaginarte, es insuficiente en muchos casos.
Desvirtuar resultados
Aunque pueda parecernos demencial, sí, existen empresas que desvirtúan los resultados e incluso mienten en relación a sus políticas medioambientales.
E incluso son capaces de utilizar algunos sellos para decir que están certificadas cuando, en realidad, no lo están en absoluto.
Dos ejemplos de Greenwashing
Ahora que ya conoces los tipos de estrategias que se pueden emplear, nos gustaría mencionarte dos ejemplos que se utilizan (o utilizaban) en España para que te hagas una idea de hasta donde llega el Greenwashing.
El uso de bioplásticos
Por desgracia, este concepto es fraudulento ya que una botella se puede reciclar, pero no es un material orgánico, por lo tanto usar este tipo de «bioplásticos» se convierte en un engaño al nombrar los productos.
Los alimentos «bio»
Para que te hagas una idea, un producto biológico significa que proviene de la tierra, por lo que cualquier persona de la industria alimentaria podría utilizar ese término para sus productos.
Por eso España tuvo que prohibir este término para productos que no procedieran de la agricultura ecológica.
Y, por suerte, actualmente las etiquetas «ecológico», «biológico», y «orgánico» están protegidas para que no utilicen en productos que no cumplan con la legislación que toca.
Nuestros productos son naturales y con ingredientes de cultivo ecológico
En el día del medio ambiente queríamos visibilizar esta práctica tan dañina porque, entre otras cosas, en Decolores sí apostamos por un mundo mejor, por una industria más sana y natural y con productos 100% naturales.
Tratamos de reducir nuestra huella ambiental con el uso de estos ingredientes y no contaminar nuestro entorno ya que cuando los productos se cuelan por las cañerías, no terminan dañando la fauna submarina.
Una industria más verde es posible, está en manos del consumidor orientarlo hacia allí.
¿Conocías el greenwashing y lo que implica?